Un deseo... ¿Cumplido? Habrá que comprobarlo... [Pozo de los deseos]

Los días transcurrían y poco a poco sentía como la felicidad que sentí aquél día se apagaba. Esa chispa que me invadió cuando la vi por primera vez, no creció más, quizá por mi timidez que no me dejaba acercarme. Cada vez que intentaba acercarme, sentía como el temor me lo impedía y así... Pasaron los días.

Un mes después, me atreví a dejarle un mensaje en su despacho. Si, es eso que estás pensando: Entré de contrabando... Pero tranquilo, no me robé nada. Le cité justo este día y a esta hora y aquí en este lugar.

Llegué bastante temprano, sin exagerar, llegué una hora antes de la cita y esperé ansioso. Me repetí mil veces el discurso que le daría para no equivocarme, le cambié las palabras un montón de veces y al final opté por dejar que el corazón hablara y que la situación se fuese dando entre nosotros... No tenía por que forzar nada. No era justo ni para ella ni para mi. Solo me quedaba seguir esperándola...

El mensaje en mi mano se sentía pesado; casi como si fuera de plomo. ¿Porque Nathan me había citado? De que quería hablarme? O más bien, porque no lo había hecho hacía semanas personalmente en vez de dejarme un mensaje en mi despacho?

Yo estaba segura de que no le agradaba; había tenido la oportunidad de conocer a todos los druidas y con él particularmente me costaba trabajo charlar. Casi como si mi presencia le molestara por alguna razón; me repetía a mí misma que era por Zack, mi lobo. Pero todo el mundo se había acostumbrado a él, pasaba desapercibido ya que Zack me acompañaba a todos los lugares como si formara parte de mi vestuario.

Sin embargo aquel día decidí dejarlo en mi despacho; no le gusto por la forma en que su pelo se erizo cuando cerré la puerta delante de él pero sería más cómodo para hablar con Nathan. Así ahora no tendría excusa posible….¿Realmente yo no le agradaba? Esperaba que no porque a mí me pasaba justo lo contrario. Aquella distancia entre nosotros solo hacía que mi curiosidad por él creciera, quería escuchar su voz. No se lo había mencionado a mis hermanas pero cada noche antes de dormir olía su camisa; aquella que me presto el día que llegue a la Isla. Su olor me agradaba de formas que no podía explicar; no era buena para entender emociones ni sentimientos así que generalmente los ignoraba y no les daba importancia.

Cuando llegue al lugar mencionado en el mensaje Nathan ya estaba allí; no supe muy bien que hacer así que me acerque en silencio, quedándome parada detrás de el por unos segundos, inmóvil. Abrí mi boca para decir algo pero lo único que salió de mis labios fue una sonrisa nerviosa.

Miraba asunte el pozo. Aunque era un fiel seguidor de la magia, el "pozo de los deseos" me parecía un estafador. Nunca había creído que los deseos se cumplían y menos ahora. Cuando la sentía tan cerca y a la vez tan lejos. Había deseado de una manera indescriptible que llegara a mi vida, pero ahora creía que la distancia puesta entre nosotros no podía ser acortada con nada.

Al final me dije que no había peor lucha que la que no se hace. Y ahora estaba aquí, aún esperándola. El tiempo se me hizo eterno, de cada y tanto miraba sobre mi hombro por si se acercaba. Yo me encontraba de espaldas de donde se suponía que ella llegaría. Si hubiese estado de frente, estaba seguro que al verla pude haber huido.

Después de un rato más, miré mi muñeca y nuevamente miré sobre mi hombro y fue cuando la vi... Estaba ahí, tan hermosa como la primera vez... Sentí un nudo en la garganta, me faltó el aire, las piernas me temblaron, mi corazón aceleró el ritmo y sentí cómo subía el calor en mi rostro.

Me quedé quieto, sin saber que hacer. Había imaginado tanto este momento que ahora de pronto me sentí paralizado. Atiné por hablar, pero solo balbucee, me sentí tan tonto, que mi rostro delataba mi vergüenza. Miré por unos instantes hacia otro lado para recuperar un poco de cordura y poder enfrentar mis miedos. Cerré mis ojos para concentrarme y calmar así mi nerviosismo. Finalmente abrí de nuevo mis ojos y le miré fijamente...

-Quizá te parezca raro que te haya citado, de hecho, creí que no vendrías... -"Empezaste mal, Nathan" -Quiero decir, tú no... no, no sé que quiero decir... -callé, en definitiva, sentía que hacía el ridículo. Suspiré. -Claude... ¿Te caigo mal? ¿Te resulto insoportable? -pregunté finalmente y solté un suspiro derrotado. De su respuesta sentía que dependía mi vida. Si decía que sí... ¿Que haría yo?. Y si decía que no... ¿Cómo podía ganarme su confianza?. Mi mirada reflejaba un miedo a escuchar una respuesta negativa.

Al ver el color que tomaba el rostro de Nathan al percatarse de mi presencia fruncí el ceño confundida ¿Sería posible que el estuviera tan nervioso como yo? No, no lo creo. Definitivamente no conmigo. Sin embargo entre nosotros había una energía extraña, casi palpable….no estaba segura pero él debía de sentirla tanto como yo.

Cuando su rostro se giró hacia otro lado comencé a morderme los labios de forma compulsiva ¿Por qué esquivaba tanto mi mirada? Una ira comenzaba a surgir desde lo más profundo de mi ser; era una persona pasiva pero el comportamiento del druida me dejaba tan anonadada que no sabía que hacer; justo en esos momentos quería golpearlo pero la ira desapareció cuando escuche sus palabras que fueron las que me golpearon por sorpresa.

Me mantuve en silencio por varios minutos, demasiados quizás …..Durante los cuales mis ojos buscaron en su mirada algo que no sabía precisar, tal vez algo que yo quería encontrar hace tiempo pero que tenía miedo no apareciera.

Al final volví a estar molesta; no sabía porque pero se lo hice saber a Nathan.

-Sí, me resultas insoportable- solté sin pensarlo dos veces pero luego suspire y sentí inseguridad una vez más en mi vida –Es decir, yo….- negué con la cabeza –Olvídalo-

Me acerque a él colocándome a su lado para apoyarme sobre el poso de los deseos y ser una vez más aquella persona distante consigo misma y con sus sentimientos.

-Claro que no me caes mal Nathan, creo que ninguna criatura en este planeta tiene ese poder. Suelo ver la parte buena de casi todo además perdono muy fácil excepto algunas excepciones y creo que tampoco- no sabía si me había expresado correctamente para que me entendiera.

-¿Además porque no iba a venir? Fuiste la primera persona que me mostro amabilidad en esta isla, y a pesar de no conocerme, el primer día dejaste que entrara a tu casa y que la utilizara como si fuera mía. Mis hermanas y yo estamos muy agradecidas con ustedes. Nuestras vidas cambiaron mucho luego de llegar aquí-

Esta vez le sonreí.

-Yo les tengo mucho cariño, a ti… a los druidas a todo lo que forma parte de esta Isla. Si te soy sincera yo pensaba que había algo de mí que te disgustaba. Que era yo o algo de lo que hacía que te mantenía tan distanciado. No te quise preguntar porque……- suspire tristemente -…..tenía miedo de la respuesta-

Le escuché atónito. En primer instante, entrecerré mis ojos y le miré rencoroso cuando mencionó que era insoportable. Y luego sonreí, mi corazón me decía una cosa completamente distinta al observar sus ojos. Le sostuve la mirada y al acomodarse a mi lado, mi piel se erizó. Le dejé hablar sin interrumpir. Me había dado buenas razones pero fueron sus últimas palabras las que me preocuparon.

-¿Cómo puedes pensar que me disgustas? -Pregunté un poco brusco, me ponía de malas que creyera eso cuando la realidad era completamente distinta. Hice ademán de acercarme, incluso, inconcientemente lleve mi mano a su rostro para acariciarlo, pero me detuve a unos centímetros, quizá estaba invadiendo su espacio. Entonces, llevé mi mano a su brazo y ahí con las yemas de mis dedos acariciándolo me aventuré a decirle: -Mi vida cambió cuando te conocí... No existe segundo alguno que no esté pensando en ti -suspiré y me preparé para ser bateado. Me alejé un poco para darle tiempo de analizar lo que le dije, estaba seguro que huiría pero yo no podía continuar así. Era el todo por el nada.

Mi cuerpo se tensó cuando observe la sombra de la mano de Nathan cerca de mi rostro, cada terminación nerviosa de mi piel sufrió un colapso al pensar que aquellos dedos llegarían a rozarme pero de la misma forma que apareció la sensación desapareció al percatarme de que no sucedería. Y definitivamente no debería desear que pasara por mi bien o….para ser sincera por el bien de Nathan.

Pero no tuve mucho tiempo para reflexionar sobre lo que me convenía o le convenía a él porque segundos después sentí su mano sobre mi brazo, sus dedos acariciando mi piel y me ruborice sin poder evitarlo, tanto que mi pálido rostro parecía que había sido maquillado con colorete de un rojo intenso.

Como si fuera poco para mis ya convalecientes emociones su confesión hizo que me faltara el aire por completo. ¿Era mi imaginación o había dicho que pensaba en mí? No, había dicho “No existe segundo alguno que no esté pensando en ti”

Al ver que se alejaba sentí una necesidad imperiosa de acercarlo a mí y abrazarlo pero en lugar de eso me coloque frente a él, clavando mis ojos en su mirada antes de decir:
-A mí me pasa lo mismo-

Le observé en silencio, juraba que saldría corriendo. Pero me sorprendió su convección y sus palabras. Me moría por escucharlas, pero lo sentía casi imposible de escuchar... Hasta que mis propios oídos captaron su dulce voz pronunciándolas. Le sonreí.

Y ahora sí, mi mano fue directo a su rostro acariciándola dulcemente sin apartar mi mirada de ella. Luego, mis manos buscaron las suyas y despues de acariciarlas también las subí hasta mi rostro y se las besé. Estaba completamente nervioso, no sabía que mas decirle o que hacer. Me moría por rozar sus labios con los míos, pero no quería forzarla. ¿Ahora que ya tenía lo que quería, que más debía hacer?.

-Si me mantuve distante de ti, fue por que sentía que yo no era de tu agrado -intenté explicar -de ahora en adelante, haré todo lo posible y hasta lo imposible por hacerte feliz... Eres tan hermosa y especial... única para mi. -Le sonreí y la abracé.

Al sentir su mano sobre la piel de mi rostro cerré los ojos y suspire suavemente, se sentía tan bien, tan mágico. Como si estuviera flotando, tanto que sonreí inconscientemente para percatarme que Nathan tomaba mis manos entre las suyas y las besaba.

Abrí los ojos sorprendida por su gesto de cariño, parecía como si ambos hubiéramos estado esperando este momento hacia siglos. Y así se sentía al menos para mí.

Volví a sonreírle cuando escuche sus palabras ¿En realidad él pensaba que yo era hermosa y especial? Yo no tenía nada de especial pero de la forma en que él me miraba parecía que yo era la única mujer en el mundo.

Le devolví el abrazo con fuerza, hundiendo mi cara en su cuello para respirar su aroma, mucho más fuerte del que existía en la camisa que olfateaba todas las noches antes de dormir.

-Nathan- susurre sobre la piel de su cuello cerrando los ojos. Quería besarlo pero tenía miedo, hacia años no besaba a nadie, de hecho había olvidado como se hacía o que se sentía. Durante mi adolescencia, en mis primeros años había tenido un amor fugaz que dejo en mí solo tristeza y vacío. Lo suficiente para no querer volver a amar de nuevo.

Aquel pensamiento hizo que me alejara de él de repente y pusiera una corta distancia entre los dos.

-¿Crees que esto esté bien?- le pregunte con una expresión de dolor en mi rostro - Yo no sé si sea lo mejor para ti. Mis hermanas y yo tenemos enemigos muy poderosos que podrían hacerte daño y si algo te pasara….- no pude terminar la frase, las palabras se ahogaron en mi garganta incapaces de salir.

Al sentirla junto a mi y que su figura encajara perfectamente en la mía me llenaba de una felicidad que no había sentido muchos años atrás. Ella era perfecta.

Al escuchar mi nombre en sus labios, me hizo sentir importante. Aspiré su aroma y deposité un beso sobre su cabello mientras la seguía abrazando fuertemente. No había otro lugar donde deseara estar más que en este: entre sus brazos y ella entre los míos.

Suspiré, cerré mis ojos y me perdí en ese momento que quería que fuese eterno... Hasta que ella se alejó dejando un vacío en mi. Le miré atento y sonreí a sus preguntas. Sin dejarle espacio la atraje hacia mi y atrapé su cintura con mis manos. Mirándole a los ojos para que viera más allá, hasta mi alma, le contesté:

-No puedo asegurarte que esté bien, pero esto es lo que yo quiero... Y si tú también lo quieres, no hay nada que temer -le sonreí y besé su frente -lo mejor para mi, eres tú, eso yo lo sé, estoy muy seguro. Y nada, ni nadie me da más miedo que el que me da al pensar que tú podrías rendirte antes de comenzar conmigo...

-¿Estás dispuesta a arriesgarte por mi, como yo lo estoy por ti? -pregunté sin rodeos.

Fdr: *llora desconsoladamente* Joder esto me recuerda demasiado a Wilson y cuando nos hicimos novios. Nathan se parece a él en muchos sentidos.

Al observar la sonrisa de Nathan ante mis dudas y mis inseguridades me hizo sentir confundida. Quizás él no me estaba tomando en serio ¿Se daba cuanta de las cosas que le estaba diciendo? No supe cómo reaccionar hasta que sentí sus manos en mi cintura halándome nuevamente hacia él.

-Yo también lo quiero pero a veces querer algo no es suficiente- agregue tras su primer comentario. Cuando besó mi frente cerré los ojos queriendo que aquel momento durara para siempre, se sentía tan bien estar cerca de él, que quería rendirme ante aquella sensación pero no podía.

Me mantuve en silencio ante sus siguientes palabras, Nathan hablaba con tal seguridad que casi me dieron ganas de llorar. Como si estuviera seguro de que yo era la mujer indicada para él, como si nada más importara que nosotros. Nunca nadie me había hecho sentir así, pensé que alguien como Nathan no llegaría a mi vida jamás.

Sostuve su mirada ante las dos últimas preguntas, sabía que debía escoger mi respuesta sabiamente puesto que aquello cambiaría mi vida para siempre. Sabía que si me permitía abrirle las puertas de mi corazón a aquel druida lo ponía a merced de mis enemigos pues tendría un punto débil más. Y que en algún momento podrían hacerle daño.

Aparte esos pensamientos de mi mente por instantes y agache la mirada, perdida. Nunca me había gustado tomar decisiones en mi vida, porque sabía que al final iban a doler. Y yo aunque me había negado a ser feliz y a conocer el amor hacia mucho tiempo sentía que Nathan y yo debíamos estar juntos.

Finalmente volví a mirarlo a los ojos y respondí:
-Sí, lo estoy- y esboce una media sonrisa nerviosa. Suspire por unos instantes y luego me acerque a Nathan lentamente, centímetro a centímetro hasta que mis ojos fueron capaces de distinguir cada detalle de su rostro.

Esperé ansioso su respuesta, pude ver que dudaba y me asusté por un momento. Estaba preparando las razones por las cuales me debía de aceptar por si ponía resistencia. Pero llevé una agradable sorpresa al escuchar ese "Si, lo estoy". Sonreí de oreja a oreja, mi piel se erizó mientras ella se acercaba más y más. Aún sabiendo que ella sentía lo mismo por mi, me seguía poniendo nervioso, como un adolescente que acaba de descubrir el amor.

No cabía de felicidad, en ese momento, mientras estábamos cara a cara y que solo unos centímetros nos separaban, la alcé dando media vuelta, mi mano derecha subió hasta su cuello y con mi pulgar acaricié su mejilla sin apartar mis ojos de los de ella. Poco a poco acerqué su rostro al mío y cerré mis ojos para poder sentir con mi corazón y mis labios, los de ella. Quizá fui un poco atrevido, que más daba, tenía todo el mes pensando en el sabor de su boca y estaba a punto de conocerlo. Primero los rocé tiernamente y respiré su aliento, hasta que mis ganas de ella me vencieron y la besé como Dios manda.

Me separé un poco de ella y busqué su mirada, ella estaba radiante, me tenía completamente a su merced. La tomé de la mano y la llevé conmigo mas cerca del pozo. Me senté en el borde de éste y atraje a Claude hacia mi regazo prácticamente obligándola a sentarse en mis piernas.
Pasé mis brazos sobre su cintura, abrazándola fuerte pero cariñosamente, sin dejarle escape XD. Su cuello quedaba expuesto a mis labios que no perdieron oportunidad de conocerle.

-¿Sabes?... Yo no creía en las almas gemelas hasta que te vi por primera vez... Ahora tú eres mi mundo -sonreí y busqué su mirada -Bendita la hora en que las necesitamos y aparecieron en nuestras vidas.


Fdr: Mi Nathan es MUUUUY empalagoso... Me acabo de dar cuenta XD.

Al sentir que Nathan me alzaba y me daba media vuelta una sonrisa se escapó de mis labios, una sonrisa de felicidad. Pero luego mi cuerpo se volvió a tensar cuando sentí su mano en mi cuello y su cercanía me inundo.

El primer roce de sus labios me dejo sin aire, sin fuerzas. Sentía miedo y felicidad a la vez…..y algo más, una sensación extrañamente placentera que se incrementó cuando el beso de Nathan fue más atrevido.

Cuando terminamos de besarnos y Nathan busco mi mirada se la devolví emocionada, sorprendida de que hubiera sido capaz de besarlo. Sorprendida que el beso de Nathan se hubiera sentido tan maravilloso, tanto que quería repetirlo. ¿Le había gustado mi beso? Al parecer así había sido.

Como en una nube deje que me guiara más cerca del pozo y no opuse resistencia cuando me atrajo hacia él nuevamente y me sentó en sus piernas. Cuando sentí sus brazos sobre mi cintura, baje mis manos hasta ellos y comencé a acariciarlos haciendo círculos sobre su piel.

-Nathan- volví a susurrar su nombre cuando sentí su roce en mi cuello, sus labios se sentían tan bien que cerré los ojos y echa la cabeza hacia atrás para apoyarla sobre su hombro.
-¿Crees que somos almas gemelas?- pregunte ante sus últimas palabras, le devolví la mirada y lleve mi mano derecha hacia su mejilla, trazando un camino hasta que llegue a su cabello y enterré mi mano allí, percibiendo su textura. Como acto reflejo seguido le bese la frente y sonreí.
-Espero que cuando me conozcas mejor no te decepciones de mí- dije con tristeza en la voz, aún no podía creer que estuviera en los brazos de él.

Sus roces provocaban pequeñas descargas sobre mi piel bastante placenteras. No pude resistir más a la peligrosa tentación de su cuerpo. Un poco temeroso del cómo lo tomaría ella llevé mi mano a acariciar lentamente su pierna mientras mi otra mano se mantenía firma sobre su cintura. Era inevitable de que de vez en cuando se me escapaba una mirada rápida a otras partes de su cuerpo que no era precisamente su rostro. Había estado todo el mes, imaginándomela desnuda caminando por mi cuarto… Ahora que lo pensaba, todo se había desatado desde el primer día que la vi y la lleve a mi casa, ésta se había impregnado de su presencia.

Suspiré profundamente, observando su rostro. No podía creer que ésta mujer te volviera loco. Cuando besó mi frente cerré los ojos, sus caricias en mi solo desataban más mis profundos deseos de ella. Le miré curioso cuando lanzó su pregunta y no pude evitar sonreír cuando hizo su último comentario, lo que no me gustó fue la tristeza con la que lo dijo. Ya me encargaría yo de desaparecer toda la tristeza de su vida para llenarla de felicidad.

-Si no fuese así… ¿Cómo explicas que desde el primer segundo que te vi, me atrapaste?... Y desde entonces, no he dejado de pensar en ti. –Refuté y le di un beso en los labios, después volví a buscar su mirada y acariciar su mejilla con mi pulgar para después acariciar su cabello y apretarla más a mi.

-No lo haré… Pero, para que te quedes más tranquila… ¿Porqué no comienzas a contarme de tu pasado si lo deseas? O contándome algo relevante de tu vida –le sonreí, me interesaba saber hasta el mínimo detalle de ella. –Me gustas mucho, y no habrá nada, te lo puedo asegurar… Nada que me decepcione de ti. Solo me interesa construir un presente y un futuro contigo, a mi lado.

Fdr: Pervertido!!! Como es eso que está vacilando otras partes de mi ClaudeXDD
Alma tu pj está muy necesitado, tranquilízalo XDDDDDDDD Porque si darle besos a Claude le resulto fácil, acostarse con ella le va a ser muyyyyyyyyyyy difícil XDDDDD


En lo que esperaba la respuesta de Nathan sentí como sus manos acariciaban otra parte de mi cuerpo, trate de disimular la tensión pero inevitablemente aquello me hizo sentir ligeramente incómoda, y el miedo por unos instantes se volvió a apoderar de mí. ¿Pensaría Nathan que porque lo había besado habría algo más? Es decir, el solo hecho de imaginarme desnuda frente a él me producían escalofríos de miedo e inseguridad.

Separé aquellos pensamientos de mi cabeza y me concentre en sus palabras.

Ante su primer comentario le sonreí devolvi el beso con cariño, entregándome a sus siguientes caricias con un suspiro sin dejar de notar que me apretaba mas a él.

-Mi vida no tiene muchas cosas relevantes Nathan- respondí segundos después de que terminara de hablar – Y yo también quiero construir un futuro contigo- agregue miransolo a los ojos, indecisa de contarle algo de mi pasado que lo fuera asustar asi que empece por las cosas buenas.

-Zack, el lobo blanco que llego conmigo, es mi mejor amigo. Fue un regalo de cumpleaños de mi padre cuando comencé la adolescencia y a estado conmigo desde ese entonces. Si quieres construir un futuro conmigo tendrás que acostumbrarte a él- temí que a Nathan no le gustaran los lobos, o que le incomodara su presencia.

-La otra cosa que forma parte de mi pasado son mis hermanas, las hechiceras. Las conocí cuando estudié en el colegio de magia. Una de ellas, Diana, es mi hermana de sangre. Forma parte de mi familia natal. Estuvimos mucho tiempo separadas por causa de mis padres y luego cuando ella regreso a Londres, que es donde nací y crecí, retomamos el cariño que había desaparecido a lo largo de los años. Nos costó trabajo porque ella se parece mucho a mi madre y si prestas atención hay muchas cosas en las que somos diferentes pero nos queremos mucho- hice una pausa para mirar a Nathan y continúe.

- Megan es la más joven de todas, la conocí cuando empezó su primer año en el colegio y nos hicimos amigas. Si soy sincera creo es la que menos ha cambiado de nosotras, aún la sigo mirando y tratando como una niña pequeña. Thera es probablemente la que mejor me conoce, cuando llego al colegio yo estaba en último año y desde el primer día que entro a mi vida yo comencé a cambiar y a meterme en problemas- esboce una sonrisa por los recuerdos.

- Valentin es su prima, y a su lado me siento menos extraña por así decirlo. Sus rarezas superan las mías y es una chica muy noble de corazón. Y Niamh es la más seria de todas, aunque nunca se lo he dicho hay muchas cosas de ella que se parecen a mí, sin embargo también es la más valiente y por eso la quiero mucho-

Fdr: Noooo, bueno, si XD. Pero no está vacilando si tocarlas o no xD jajajajaja, me muero de la risa. Lo que pasa, es que tantos meses en el celibato y de pronto que se le aparezca una mujer que le gusta y que justo la tenga sentada en sobre sus piernas muuuuuuy a la vista, pues es inevitable que se le escape una que otra mirada por algunas partes xD. ¿Me explico?


Por un momento temí que no me contara nada, pero luego comenzó a hablar, bastante fluido como no pensé que lo haría. Sonreí cuando ella me confirmó que también quería construír un futuro conmigo.

Al hablarme de Zack, recordé a la bola de pelos blanca que me gruñó el día que llegaron a la isla, sonreí y le permití seguir contando lo que fuese de su agrado. Continuó hablando de sus hermanas, con las que había cruzado algunas palabras pero no más allá de un saludo, me gustaba mantenerme alejado de gente que no conocía, excepto ella, claro.

Me fue mencionando de una en una, describiéndolas desde su perspectiva… bastante distinta a la mía XD. Así que Diana era su hermana de sangre, posiblemente con quien debería llevarme mejor por eso de los lazos familiares que estaban por formarse.

A Megan… “Aah, la mujer invisible”, pensé; la recordaba como la chica frágil que Jake se tomó para él. Era condenadamente extraño que casualmente las mujeres que recibíamos cada uno estábamos ahora, locos por ella. Aunque algunos de mis hermanos no me lo hubiesen confirmado… Se les notaba a leguas.

A Thera, claro, cómo olvidarla si cuando llegó a la isla, mis hermanos presentes y yo le conocimos hasta la sombra. Bueno, no había porqué pensar en aquél incidente pues Lucien la había “proclamado” para él. Por como Claude la describía, parecía ser con quién mejor se llevaba, algo así como su mejor amiga. Luego, mencionó a Valentine, con ella no estuve presente cuando llegó, pero mas tarde la conocí. Y finalmente, Niamh, la impertinente que contestaba cualquier comentario, a mi parecer, la guerra que luchó, la dejó marcada pues estaba lista para el contra-ataque.

-Desde que llegaron, no me he preocupado por conocerles mejor… A ninguna, excepto a ti. Pero siendo una parte importante de tu vida, creo que debo tratarlas un poco más –comenté y le sonreí –Me pregunto que tendrán todas ustedes, porque así como me vez a mi: Loco por ti. Mis hermanos están igual de locos por alguna de tus hermanas, pero shhht –hice un gesto con mi dedo de silencio y le guiñé un ojo –si se enteran que abrí la boca, habrá algunos de ellos que me lo agradecerán, pero otros querrán crucificarme. –reí, al imaginarme a mis hermanos y su lucha por ganarse a estas mujeres.
Me puse un poco serio y le miré –Espero que a tu lobo no le moleste compartirte conmigo, yo estoy dispuesto a hacerlo con él… ¿Crees que me permita acercarme?.

Le di espacio para que me contestara antes de hacer otra pregunta más: -¿Qué fue de tus padres?.

-Me encantaría que te llevaras bien con mis hermanas, son una parte importante de mi vida y no sé qué haría sin ellas- respondí tras sus primeras palabras después de sonreír un poco al escuchar que el resto de los druidas estaban locos también por mis hermanas. La curiosidad que sentí me hizo preguntarle a Nathan:

-¿Te importaría decirme cuáles? Prometo que de mis labios no saldrá una sola palabra- dije levantando mi mano derecha y dibujando una expresión seria en mi rostro que fue borrada en unos instantes por una sonrisa divertida.

-Es que quiero saber si harán buena pareja. Si me dices cual druida está interesado en cada una de mis hermanas te diré si la conexión será posible o no-

Cuando toco el tema de Zack fruncí el ceño algo dudosa.
-Zack no es agresivo, bueno, no generalmente. Y es bastante intuitivo, se comporta bien cuando mis amigas y mi familia está presente porque supongo que percibe que no me harán daño- dirigí mi mirada hacia los ojos de Nathan – Si recibo cariño de tu parte él me compartirá contigo pero si algún día llegas a lastimarme….- no quise terminar la frase, dolía demasiado solamente hacerme a la idea que Nathan pudiera hacerme daño.

Me mantuve en silencio durante unos segundos antes de responder a su última pregunta.
-Aún viven en Londres, aunque mi padre se mantiene viajando la mayor parte del tiempo por su trabajo. Si algún día quieres conocerlos los podríamos visitar…- agregue como una invitación abierta, me gustaría tanto que Nathan conociera a mis padres, pero sabía que de momento no podía, no con la Corte Oscura buscándonos.

-¿Y tus padres?- pregunte, indecisa. Hasta el momento solo había hablado de mí pero no conocía nada del pasado de él.

Le sonreí y asentí con la cabeza, el problema estaba en que… ¿Yo les caería bien a ellas?. No pude evitar reír cuando me pidió saber de los gustos de los chicos. Le miré curioso y me pregunté si estaba bien abrir o no, la boca. Yo les debía lealtad, pero ella, ella me tenía embrujado y podía hacer y deshacer conmigo a su antojo. Suspiré derrotado. Sin embargo, ella siguió hablando. Le sonreí.

-¡Jamás! –le dije seriamente –Lastimarte es lo último que deseo. –Le deposité un beso un tanto posesivo y cariñoso, luego busqué su mirada para que ella misma viese que yo le ofrecía hacerle completamente feliz. –Entonces, Zack y yo nos llevaremos bastante bien. –le sonreí.

-Por supuesto, yo aun tengo familia en Londres… o la tenía –me encogí de hombros. Luego, me puse serio y una breve chispa de dolor afloró en mi rostro para después ser reemplazada con un vacío.

-Mi madre murió hace 5 años, en Londres, sin un motivo aparente… Simplemente murió. Las investigaciones no arrojaron nada, sigo creyendo que la asesinaron… –suspiré –En cuanto a mi padre, el fue un druida, vivió aquí en la Isla, no sé nada de su paradero. Solo sé que desapareció poco antes de que yo naciera y mi madre no volvió a saber de él. Al llegar yo a esta Isla e investigar un poco, no obtuve respuestas… –me encogí de hombros –desconozco si sigue vivo o ya murió.

Guardé silencio varios minutos, pensando en ellos, mis padres y en todo lo que habían pasado. El recuerdo de la pregunta de Claude me sacó de mi ensimismamiento. Le sonreí y pensé que debía decirle.
-Bueno, quisiera decírtelo, pero… les debo lealtad. –busqué su mirada –Sin embargo, puedo decirte lo que yo creo y he visto, pues aunque ellos lo nieguen… Se les nota a leguas que babean por alguna de tus hermanas. –Fruncí el ceño –a decir verdad, solo un par de ellos me ha dicho claramente quien le interesa, en cuanto a los demás yo lo deducí solo, por sus maneras de actuar. Está claro que hay una especie de tensión cuando se les menciona a la susodicha y cuando ésta se encuentra en el mismo de lugar de ellos. –le sonreí, estaba un poco nervioso, no quería mentirle pero tampoco quería traicionar la confianza de mis hermanos. Finalmente, suspiré derrotado. –No te lo tomes a mal, pero por más que quiero decírtelo, siento mi lengua atada… –le miré en forma de disculpa, luego sonreí socarronamente –Sin embargo, como te decía… Puedo darte mis pronósticos. ¿Quién mejor que yo para hacer suposiciones? –reí y luego me decidí a hablar –Veamos… Valentine, desató pasiones en Loghan y Myles... aunque ni uno ni el otro me lo ha confirmado, solo basta observarlos cuando están cerca de ella... yo espero que Valentine se decida por Myles porque a mi me gusta Diana para Loghan, que dices tú? ambos tienen ese aire de jefes, están cortados con la misma tijera así que pienso que harían buena pareja, son tal para cual. En cuanto Thera, esa mujer puede volver loco a cualquiera y quien mejor que Lucien para ella, si hubieses estado presente cuando tu amiga se manifestó y hubieses visto la manera en que esos dos se hablaron, cualquiera diría que están hechos el uno para el otro. La chica invisible, Megan, a mi parecer, se ganó una parte del corazón de Jake, desconozco si mi hermano está enamorado de ella completamente, pero por lo menos intuyo que le tiene un cariño especial, yo lo deducí –le dije orgullos de ser persuasivo –Y bueno, yo estoy loco por ti, eso no es ningún secreto… –le guiñé un ojo –finalmente, creo que queda la contestona… hmm, Niamh? Si, ella. Creo que tiene loco a Esteban. Son igual de serios y raros –me reí y me encogí de hombros para restarle importancia y no sentirme tan culpable de haber despejado las dudas de Claude. Luego le miré cómplicemente –¿Tú me dirás quien de tus hermanas siente algo por alguno de los míos? Recuerda que esto es entre nosotros, no me gustaría que se enteraran que abrí la boca, luego no querrán mantener ninguna charla conmigo. Aunque te aclaro que son mis suposiciones, sin echarle el lazo a nadie. –suspiré y apoyé mi frente en su hombro, la culpa me invadió.


Fdr: Éste chico es un poco complicado... Quiere pero no quiere XDD. Si a alguna de ustedes les molesta los comentarios de Nathan, me lo dicen y edito No problem!

Pude notar el cambio en la mirada de Nathan cuando hablo de su familia. Me mantuve en silencio todo el tiempo mientras hablo de ella, por unos instantes cuando menciono la muerte de su madre abrí mi boca para decir “Lo siento” pero por alguna razón no me pareció correcto. Eso es lo que todo el mundo decía cuando se enteraba de que alguna persona fallecía, la madre de Nathan era especial para él así que unas palabras tan comúnmente usadas no me parecían correctas en ese momento.

Me intrigó el enigma de saber si su padre vivía o no, internamente decidí que ayudaría a Nathan a encontrar a su padre. Si estaba vivo conocía a una persona que me podía ayudar a encontrarlo: mi tío Albert.

Cuando se mantuvo en silencio después de contarme sobre sus padres me quede observándolo, posando mis ojos en cada detalle de su rostro y a su vez, acariciando la palma de su mano, esperando a que se decidiera a hablar nuevamente.

Le devolví la sonrisa cuando se animó a charlar sobre el resto de los druidas.
-Está bien, lo entiendo- respondí depositando un beso en sus labios al notar las inseguridades sobre delatar a sus hermanos o no. Sin embargo cuando empezó con sus suposiciones dibuje una sonrisa divertida en mis labios.
-Mmm asi que Myles y Loghan para Valentine- comente para mí misma al escuchar sus primeras palabras aunque luego fruncí el ceño ante su primera pregunta que involucraba a mi hermana de sangre.
-Yo no soy de notar mucho esas cosas Nathan, por eso te pregunte. Para mi ver o notar esa clase de sentimientos me resulta complicado, creo que el resto de mis hermanas son mejores en eso que yo. Sin embargo te puedo decir que Diana necesita a alguien que definitivamente no se sienta intimidado por ella, y créeme que puede ser difícil una vez que la conoces. No conozco a Lohgan excepto por algún “Buenos días” que le he dicho por educación pero desde ahora te advierto que le será muy complicada la historia con Diana- puntualicé y nuevamente le preste atención al resto de sus comentarios.

Solté una carcajada por la forma en que se refirió a Thera, ya me imaginaba la clase de aparición que había hecho al llegar a la Isla.
-También me gusta Lucien para ella, es mayor y parece muy serio y maduro. Thera necesita a alguien que sepa lidiar con su carácter, alguien que tenga en claro lo que quiere y que su esfera emocional tenga una estructura sólida. Rezo porque Lucien tenga esas características, mi hermana merece ser feliz-

Cuando me hablo de Megan no supe que decir, no creía que ella estuviera preparada para tener algún tipo de relación con alguien. Como le había dicho a Nathan anteriormente ; la seguía viendo como una niña pequeña por lo que dije:
-Por el bien de Jake espero que vaya con calma….- mire a Nathan a los ojos con seriedad - …con muchaaaa calma, porque si no se las verá conmigo o peor con Zack. Así que ya se lo vas diciendo a tu hermano desde ahora si es que en realidad le interesa Megan-

Cuando menciono que él estaba loco por mi le sonreí con cariño.
-Sí, ya lo pude notar- dije en tono de broma para acercarme a sus labios y depositar un pequeño beso, me daba miedo besarlo de forma más efusiva, tenía miedo que un beso llegara a despertar otros instintos, de hecho trataría de besar a Nathan de ahora en adelante lo más tranquilo, corto y pausado que pudiera.

Cuando volvió a tocar el tema de las suposiciones entre mis hermanas y los druidas menciono a Niahm y la llamo “la contestona”.
-Eyyy- dije golpeando suavemente su hombro –No es contestona. Niahm tiene su forma de ser y es muy especial- reafirme con convicción –Y al igual que Loghan con Diana, a Esteban le va a costar mucho trabajo lograr que ella sienta algo por él-

Al mirarme con complicidad para que le respondiera su pregunta sobre mis hermanas le sonreí.
-Creo que tus suposiciones son las mismas que las mías, parece que las atracciones son bastantes obvias aunque todos lo nieguen. Pero te voy a pedir un favor…- esta vez retome seriedad –De la única de mis hermanas que no te hice ningún comentario fue de Valentine, y como te mencione anteriormente es alguien muy peculiar Nathan, para no volver a decir rara. No quiero verla lastimada porque su pasado ha sido bastante tormentoso hasta ahora. Algún día te voy a contar la historia de ella pero no va a ser hoy. Sé que Thera sabe defenderse pero Valentine es…..complicada. Por favor si crees que en realidad Myles está interesado en ella dile que no intente nada hasta que no esté seguro de lo que siente-

Cuando apoyo su frente en mi hombro coloqué un beso en sus cabellos mientras le acariciaba nuevamente la palma de las manos.
-Recuerda que prometí no decir nada- murmure para darle confianza, quería que se sintiera seguro a mi lado pero hubo otra pregunta que salió de mis labios sin poderlo evitar.
-¿Y Aidan? No me has hablado de él, no le interesa ninguna de mis hermanas?-

Respondí a cada beso de la misma manera en que los recibía. Le escuché sonriente y asintiendo cada vez que se me ponía sería y en plan de protectora con sus hermanas. Sin embargo, yo conocía bien a los míos y podía meter las manos al fuego por todos. Para no interrumpirla, sobre todo porque me encantaba su voz, esperé a que terminara para contestarle cada una de las cosas.

-No es por alardear, pero debo confesarte que tengo un… hmm, no se si llamarle sexto sentido, pero soy bastante intuitivo para algunas cosas, –le sonreí –en cuanto a Loghan, puedo agregar que el hombre se hace imponer. Así que supongo que no se sentirá amenazado por tu hermana aunque falta que él muestre interés por ella. En cuanto a Lucien… ¿Te parece maduro? –reí sin poderlo evitar –creo que esos dos tendrán varios problemas por sus caracteres, aunque si tu hermana le robó el corazón, una vez que mi hermano acepte que así fue lo creo lo suficientemente capaz de hacerla feliz. –volví a sonreír, hablar de los sentimientos de los demás y emparejarlos era divertido, aún más cuando gozaba de una magnífica compañía. La observé detenidamente unos instantes, no quería perderme ni el mínimo movimiento de sus gestos.

-Sinceramente, Jake es el que se me hace más difícil de analizar. No sé si Megan le atrae como mujer, lo que sí me parece es que hubo una conexión entre ellos… Quizá solo de amitad –me encogí de hombros –el tiempo lo dirá. Y no te preocupes, le diré lo que me has pedido… Dudo que me escuche, pero lo intentaré –le sonreí.
-No solo Niamh tiene su carácter… sino todas. Esteban tendrá que trabajar mucho, aunque mi hermano saber por donde llegar y abrirse camino, no creo que batalle tanto para que tu hermana confíe en él. –murmuré por lo bajo, era un hecho que cada una tenía una manera de ser bastante difícil además de ser capaz de volvernos locos de la desesperación. Se puso seria una vez más y le escuché con atención.

-No te preocupes, Myles es incapaz de jugar con Valentine. Él también es complicado, pero bastante responsable… Si se da cuenta que Valentine le atrae, él se hará cargo… Ninguno de nosotros somos de los que huyen, aunque puede parecer que sí, tú y tus hermanas se darán cuenta que no somos cobardes –le dije sonriente. Luego mencionó a Aidan, me quedé pensativo un tiempo prudente antes de contestar: -Bueno, Aidan es algo extraño, cuando ustedes llegaron y aunque no lo dijo, se dio por vencido creo que estaba seguro que ninguna de tus hermanas era la mujer que él esperaba, la que estaba destinada a él… Cosa que cambió cuando llegó su amiga, hmm, ¿Sophie? –pregunté dudoso, su nombre no me lo aprendí del todo –bueno, ella… sin duda alguna, atrapó a mi hermano.

Esperé algunos segundos en silencio mirándola cuando agregué jovialmente: -¿Algo más que me quieras contar de ti, por ahora? ¿O prefieres dar una vuelta por la Isla, algún lugar que quieras conocer?.

Escuchaba sonriendo divertida las palabras de Nathan, al parecer ambos veíamos a nuestros hermanos de formas diferentes. Supuse que eso era normal, a veces las personas reflejamos cosas distintas hacia los demás incluso en público podemos ser muy diferentes a como somos en privado con nuestros amigos y familia.

-Si, Sophie- agregue reafirmando el nombre que me dejo pensativa. De todos los druidas Aidan desprendía una energía diferente, a veces me veía reflejada a mí misma en él. Sin embargo no supe si eso era bueno o malo para Sophie, ella me había dejado entrar en su vida cuando yo estaba en unos de los momentos más oscuros de mi vida, conocía todos mis secretos pero no sabía cómo reaccionaría ante el amor de esta índole. Nunca le conocí ninguna historia de amor o de si perdió a alguien en el pasado además de su familia. Tenía miedo por mi amiga así que definitivamente hablaría con Aidan.

-Creo que por hoy ya te he contado bastante curioso- respondí a su pregunta divertida para darle un beso fugaz en los labios –Y me encantaría que me enseñaras toda la Isla pero ahora debo irme. Quizás…- dude en continuar pero al final resolví hablar –El sábado podemos seguir hablando si quieres, es decir, no sé si tengas algo importante que hacer con tus hermanos. Pero yo podría pasar por tu casa si te parece bien- espere su respuesta algo indecisa.


FDR: Pensé que ya podíamos cerrar este rol y abrir otro con estos dos. Que crees?

-De ahora en adelante, no hay nada más importante en mi vida que tú -comenté y le devolví el beso. -El sábado, a la hora que gustes, en mi casa... Es una cita, eh -le sonreí mientras acariciaba su rostro. Solté el aire y contra mi voluntad, me puse de pie haciendo que ella también se levantara.

La abracé y volví a besarla, me encantaba, no podía negarlo. Le miré -¿Quieres que te acompañe a donde sea que vayas o no? -pregunté indeciso, tal vez le incomodaría si me tomaba esa atribución sin consultárselo. Esperé una respuesta.


FdR: Eso mismo estaba yo pensando xD. Sip, tu me dices ahora donde y cuando eh. De Claude depende si Nathan le acompaña o se van solitos cada uno por su lado. Independientemente de lo que escojas, puedes agregar que Nathan se despidió de ella xD... le daría un besito mas y le diría nuevamente que se ven el sábado y ya. Y así tú puedes cerrar la escena

Le sonreí con tristeza al escuchar a Nathan decir que era una cita mientras acariciaba mi rostro. Me parecía extraño, yo nunca antes había ido a una cita; o al menos no de las tradicionales como les dice todo el mundo. Lo más que podía contar como cita eran mis escapadas a escondidas con David a los trece años y dudaba mucho que eso se pudiera llamar una cita. No me importaba, en mi vida nunca había tenido situaciones muy normales pero me agradaba saber que por primera vez todo iba bien…..de hecho más que bien pero tenía miedo de admitirlo.

-Creo que mejor me voy sola- agregue ante la disposición de Nathan de acompañarme, no estaba adaptada a que alguien me acompañara o cuidara de mi así que le volví a sonreí y deposite otro beso en sus labios.

-Nos vemos el sábado después de las seis ¿está bien?- espere por la respuesta afirmativa de Nathan y por su despedida. No quería alejarme de él pero tenía que poner distancia y pensar en lo que había pasado, en cómo se lo diría a mis hermanas y otras interrogantes que pasaban por mi cabeza. Resignada y en silencio me di media vuelta para volver a mi despacho nuevamente.


FDR: Post en la cabaña de Nathan *-*