Aclarando temas [Habitación de Valentine/ Beltane 2012 - +18]

Viene del pasillo

No me fue muy difícil encontrar su habitación pues estaba cerca de las escaleras, solo tuve que recorrer la mitad del pasillo para verla a través de una puerta semiabierta, invitadora, tome aire y me acerque hasta la puerta, ella estaba de espaldas contemplando la bella vista que los ventanales de su habitación le ofrecía, di un par de toquecitos en la puerta para llamar su atención, su gesto me había parecido una invitación a seguirla pero quería asegurarme de ello, no quería ningún paso en falso más.

- ¿Podemos hablar? – le pregunte directamente con semblante serio teníamos muchos temas que aclarar, la vida desde nuestra ultima charla en el lago había sido intensa, sobre todo la ultima hora.

En un primer momento pensé que Myles no me seguiría, mi autoconfianza estaba bastante dañada el día de hoy como para creer otra cosa. Me alejé de la puerta manteniendo ésta entreabierta, porque el corazón rara vez pierde completamente la esperanza. Mi dormitorio era el más alto pero quedaba en el medio y luego una pequeña escalerita en la entrada.
Miraba lejos al paisaje, pero miraba sin ver realmente, y en medio de todo eso se coló la imagen de Myles, una imagen de él, en el mar sonriendo y me odié mucho en ese momento pues la incertidumbre de para quien era su sonrisa me carcomía.

Por primera vez traicionaba la promesa hecha a mi abuelo de no intentar mirar mi propio futuro, y aun así lo que había visto en lugar de tranquilizarme me llenaba de tristeza. Me recosté en el marco de la ventana cuando los toques en la puerta me hicieron voltearme y lo miré seria sin saber que decir.
Finalmente asentí con la cabeza a su pregunta y con la mano señalé la cama invitándole a sentarse mientras yo me sentaba en la silla bajo la ventana y lo miraba sin decir nada.

La observe cuando volteo a verme y le mantuve la mirada, en el salón había sido un acto cobarde impropio de mi apartar la vista e irme.

Entre al cuarto al verla asentir y dude por un momento si aceptar la invitación a sentarme en su cama, había muchas razones por las que no hacerlo, primero porque me sentía mas cómodo de pie que en su cama, segundo no quería que estar sentado allí me trajese a la mente pensamientos poco adecuados para el momento, debía estar concentrado en la charla y en aclarar nuestros conflictos. Pero finalmente deseche todas esas razones porque no sentarme seria un desaire a la mujer enfrente de mi, además que en lenguaje corporal quedarme de pie significaría animo de dominarla y yo no quería tal posición de poder, por lo menos no en este momento. Así que a regañadientes tome asiento y comencé a hablar – lo primero es pedirte disculpas, no me arrepiento del contenido pero si de las formas, no debí gritarte en el salón pero enterarme de la existencia de Evan me altero – empecé a desenredar los nudos que nos habían llevado a aquella tensa situación como siempre hacia directa y sinceramente.

La manera de mirarme fijamente me hacía sentir bien pero a la vez incómoda, su mirada era sincera, profunda y me hacía sentir miedo por mi. Lo miraba dudar, con esa mirada puesta en mi cama que me calentaba pensamientos, no me había percatado de lo que significaba verlo allí sentado en ese pedazo tan mío...
Sus disculpas me sorprendieron, jamás hubiera imaginado que esas serían sus palabras, pensé que la conversación giraría mucho más en cuanto a reclamaciones. "No me arrepiento del contenido pero si de las formas". Típico de él, te pido disculpas pero sigo ganando terreno, yo siempre gano.
Finalmente el tema de Evan, una vez recuerdo juramos y perjuramos que las cosas entre Thera y Lucien no serían nuestro problema, pero he aquí que si se convirtieron en uno de ellos, aunque recordaba perfectamente que lo desencadenó.
-Creo que ambos perdimos los papeles por las razones equivocadas y con la persona equivocada- comenté al principio calmadamente y rompí el contacto visual, la visión que había tenido anteriormente todavía opacaba mi mente. -Yo tampoco tenía ningún derecho de haberte dicho las cosas de esa manera solamente porque estaba celosa, no tenía ningún derecho a estarlo tampoco. Habíamos hablado de lo nuestro como algo para disfrutar sin reglas ni restricciones y no reaccioné de la forma adecuada.- Lo miré a los ojos tratando de enmascarar todo lo que sentía en ese momento. Me puse de pie nuevamente para acercarme a la ventana y mirar desde allí hacia fuera de la habitación, intentando poner en orden mis pensamientos.
Una vez que creí haberlo conseguido me senté en la cama. -No tenía ni idea de que iba a reaccionar así, lo siento. Myles creo que tu puedes estar más confundido que yo y ambos sabíamos que esto era un riesgo, tu podías gustarme a mi y que a ti te gustara Diana, creo que estabamos conscientes de eso. Pero no es lo mismo una relación abierta a un trío con una amiga mía. Al parecer a ella no le molestan tus atenciones, así que creo que lo mejor que yo puedo hacer es quitarme del medio, porque a mi definitivamente me molesta.-

Note su sorpresa y sonreí de lado sin poder evitarlo, era reconfortante poder sorprender a una mujer que podía visualizar el futuro. Alce una ceja ante su reflexión, era una verdad a medias, al menos para mi había habido un poco de todo. – Hemos traicionado nuestras propias palabras, nos ha afectado los asuntos de nuestra familia pero me reconocerás que no es lo mismo mantenerse alejado ante una relación amorosa que cada cual debe manejarla como quiera que una relación familiar, esas palabras desquiciadas eran espoleadas por el dolor de haber perdido tantísimos años y vivencias de alguien de tu sangre – aclare cuando ella aparto la mirada.

Iba a seguir con ese tema, a contarle que Thera había compartido su historia conmigo antes de saber que hablaba de mi sobrina pero no pude pues sus siguientes palabras me dejaron asombrado, sinceramente había deseado despertarle esos sentimientos pero no creía poder conseguirlo, abrí la boca para contestar pero la cerré cuando ella retomo la palabra y se sentó a mi lado.

Escuche atentamente su discurso mirándola a los ojos y su generosidad y su capacidad de sacrificio en pos de la lealtad me impresiono y me provoco un intenso sentimiento de admiración y veneración hacia la mujer que tenia al lado. Tome aire y esos segundos me sirvieron para ordenar mis ideas – no tienes idea de lo que me va a costar reconocer esto pero tu estas hablando a corazón abierto y te mereces que yo lo haga también – fue lo primero que dije antes de desviar mi mirada hacia la ventana – yo también me puse celoso, lo primero que vi al entrar fue a ti agarrada a Loghan, se que él esta interesado en ti y verte a su lado me confirmo que aceptabas sus atenciones, reaccione mal no debí flirtear con Diana, pero soy un hombre impulsivo cuando me pongo de mal humor – reconocer aquello me costo un triunfo pero yo no era un cobarde y debía contarle la verdad a Valentine.

- Diana es una mujer atractiva tanto en físico como en carácter, pero siempre que me he fijado en ella ha sido por quitarte a ti de mi mente, verla con otro druida no me pone celoso, en cambio me molesta que te agraden las atenciones de Loghan ¿te gusta?, ¿quieres estar con él? – pronuncie las palabras con rabia y fije mi mirada intensamente en sus ojos exigiendo una respuesta, yo no compartía compañía con nadie y necesitaba saber que opinaba ella para obrar en consecuencia.

-Yo también estuve lejos de ella, todos estuvimos y reconozco que conociendo a tu hermano y ti, lo mejor hubiera sido haberlos informado, pero thera nunca dijo quien era, ella quiso protegerlo y aunque eso trajo consecuencias desastrosas... quizás de la otra manera hubiera habido consecuencias peores.- le dije entendiendo sus ganas de proteger a su familia. Su capacidad para querer, y sus ansias de protección me recordaban a Raphe.
-Yo..- me quedé callada pensando en el celoso de Loghan, increiblemente sus celos no me dieron ninguna satisfacción. Yo no requería eso de él, yo no quería verlo celoso y lleno de dolor por mi. -Yo no me di cuenta Myles- le dije calmadamente, aun sin entender su reacción. -Yo no quiero provocar tus celos, ni tu mal humor, soy demasiado básica. Loghan es un hombre que aprecio pero no para mi, es atractivo y tiene esa fuerza y ese aire de mando no te lo voy a negar... pero lo quiero porque el me prometió que tendría a mis hermanas, porque me protegió cuando llegué y me sentía indefensa pero sobretodo porque sé que él no haría nada para hacerme sentir mal.- Le respondí antes de escuchar sus últimas palabras. -No me gusta que jueguen conmigo Myles y mucho menos con mis hermanas, tenemos riñas entre nosotras pero nos amamos mucho más lejos que eso y no me gustan que nos confundan, Diana tiene un orgullo precioso y no me gusta que se sienta lastimada ni utilizada, no se lo consiento a nadie.- le respondí con fiereza para luego calmarme. -Lo mejor de Loghan, Myles es que no tiene la capacidad para dañarme, y tu sí, cada cosa que dices o haces me hace sentir una diosa o una mendiga- confesé mirándole a los ojos pues el lo merecía. -No me gusta Loghan como hombre, y he visto demaisado de su futuro como para inmiscuirme además...porque el puede sentirse protector conmigo pero no me mirará jamás como mira a Diana, de la manera en que el sabe que ella es su igual, y no no quiero estar con él, el no me provoca nada, ni siquiera un mínima parte de lo que tu me haces.- le dije alzandome de hombros, -pero yo quiero a alguien para mi como he visto que todas ellas tendrán y nunca nada me había hecho romper la promesa que hice de no mirar al futuro hasta hoy, hasta que tu me has empujado a hacerlo, pero lo que vi no me calma, al contrario, yo no sé si puedo asumir que tu eres el hombre para mi y tampoco sé si puedo vivir con la sosobra. No quiero un compromiso, no quiero ocupar tu casa, no pido nada salvo saber que soy la única al menos mientras dure y confianza, algo que no sé si tu puedes darme. Confianza en mi, en saber que no coqueteo con nadie más.-

Me recosté en la cama finalmente sin saber que más decir, no me gustaba presionar a nadie y me sentía mal por tener que luchar por la atención que debería ser mía por derecho.
-Necesito saber que soy la única para el hombre al que tengo deseos de entregarme completamente.-

- Bueno el pasado ya no se puede cambiar y por lo que he visto Evan es una chiquilla maravillosa ahora solo queda recuperar el tiempo perdido, Thera me contó toda la historia pero en ese momento no sabía que hablábamos de mi sobrina, no quiero juzgarla pero me cuesta desprenderme de mis emociones, supongo que poco a poco iré haciéndome a la idea, pero de momento mejor no me cruzo con ella no quiero decirle nada de lo que me arrepienta después – le confesé sin tapujos mi sentir, no iba a fingir que mi relación con Thera en esos momentos seguía siendo la misma pues no soy una persona hipócrita.

Me calme un poco al comprender que lo quería como amigo pero no en plan amoroso pero no pude evitar que sus palabras me doliesen yo no quería hacerle daño, no quería que se sintiese más a salvo con él que conmigo, quería ser yo quien la protegiese y eso me abrumaba. Me pase una mano por el pelo para calmar mi cambiante estado anímico y seguir escuchando sin interrumpir, no me sorprendió su furia defendiendo a su amiga Jake me lo había advertido, el fuego estaba a punto de quemarme.

La mire cuando me miro, sus bellos ojos me atraparon en su embrujo me quede prendado mirándola, fruncí el ceño al oír su predicción - ¿Diana?, pero si se llevan a matar, no pueden estar en la misma sala sin discutir, los dos son unos lideres natos, los dos quieren el control, si tu predicción es correcta será interesante ver como se las apañan – dije mientras en mi rostro se dibujaba una sonrisa maliciosa imaginándome escenas de ellos.

Volví a centrarme en la charla pues las palabras de Valentine calaron hondo en mi y volvió a atraparme en su mirada, sonreí mentalmente encantado con la idea de ser yo quien le hacia sentir y no él. Su sentencia siguiente me hizo ponerme tenso y derecho sentado, la charla cada vez se volvía más compleja y seria. Aparte la mirada cuando confeso que había roto un juramento por mi – lo siento – musite mirando a lo lejos sin mirar realmente, volví a mirarla con intensidad cuando expuso sus condiciones, estaba perdido aquello era un ultimátum y no estaba dispuesto a dejarla ir, esta batalla la ganaría ella.

Gemí al oír su última frase, se me reseco la garganta, nunca me había comportado como un adolescente atontado con nadie, era preocupante el poder que esa mujer tenía en mi. Me recosté al igual que ella en la cama pero a una distancia prudencial para no caer en la tentación, quería mirarla a los ojos mientras firmaba mi sentencia de rendición.cabeza má – Odio haberte hecho daño, odio no haber sido yo quien te protegiera, odio que te hayas tenido que proteger de mí y es una suerte que tengas la la cabeza más fría que yo, porque hoy podríamos habernos echo mucho daño si hubieses jugado a mi estupido juego y hubieses coqueteado con Loghan. Por suerte Diana tampoco colaboro nadie se dio cuenta fue muy delicada pero me rechazo sutilmente creo que intuía porque flirteaba con ella – suspire haciendo una pausa yo era un hombre orgulloso al que le costaba mucho trabajo dar su brazo a torcer y esta ocasión no era distinta.

- Quiero ser tu guía, ser el hombre que te descubra los placeres de la vida, quiero hacerte sentir – declare mirándola con intensidad – no comparto con nadie, si tu prometes que seré el único dueño de tus atenciones, yo aceptare que seas la única mujer en mi vida, tienes mi confianza y mi promesa mientras dure no te traicionare – sentencie clavando en mis ojos en los suyos – con una mujer como tu un hombre no necesita nada más – ya estaba hecho, no había marcha atrás, ahora estaba en manos de ella.

-Te entiendo Myles, pero trata entonces de no cruzarte con ella o puede que la que no te perdone a ti sea tu sobrina, tiene adoración con su madre y con toda la razón. Con todas las decisiones buenas o malas ella la protegió incluso cuando no sabía que era su hija, puso en peligro a su propia vida cuando era una niña adoptada por ella y no sabía quien era... ten cuidado- le dije finalmente con ternura. -O me buscarás un problema con Evan cuando salga a defenderte yo.- No sé que me hizo decirlo, peor yo estaba segura que lo haría.

Los movimientos de Myles hacían sonar una melodía para mi, como pasaba sus manos por el pelo para calmarse, la manera de mirarme de pronto como taladrándome sus ojos, llegando a mi corazón. -Les llevará tiempo Myles pero creo que ambos lo saben, y si será divertido verlos- le confesé y me ruboricé por contar algo que no era mío pero el era Myles, el era "Él".
Cuando Myles se puso derecho yo también lo hice pero sus palabras tocaron una cuerda fina en mi. Su "lo siento" caló hondo en mi corazón. -Te veía sonreír en la playa pero no podía ver a quien le sonreías- susurré con tristeza mientras volvía a recostarme.

Presioné mis manos contra el colchón impidiendome a mi misma a tocarlo o acariciarlo. Sus palabras me dolían porque veía la verdad en él. -Myles, Loghan fue quien primero tendió su protección hacia mí, pero fuiste tu quien me curaste, quien me cargaste en tus brazos, me diste tu casa y tus atenciones, no te lleves tan mal, yo no he olvidado, no podría olvidar esos momentos.-
Sus siguientes palabras me sacudieron como un temblor y me quedé prendida a su mirada. ¿Que podía yo decir? -Tu ya eres el hombre que me hace sentir- fue mi primer comentario. -Yo ya te di todas mis atenciones Myles, para esta bruja no existe otro hombre, nunca lo ha habido, no sentía hasta que llegaste tu... ¿que diablos te hace pensar que puedo sentir con otro hombre que no seas tu?- pregunté desesperada. -Te deseo.-

Su comprensión y apoyo me tomaron desprevenido y me sorprendieron mucho, aquella mujer nunca dejaría de sorprenderme no merecía sus atenciones, ella era una diosa y yo un simple mortal defectuoso. – Significa mucho para mi tu apoyo y compresión Valentine, no me siento tan ogro teniéndolo y si se que a una madre se defiende con uñas y dientes por eso intentare estar distanciado de ella para no hacer drama, gracias por la hipotética defensa – respondí guiñándole un ojo contento por su respuesta.

La mire interesado y curioso cuando me relato la visión que la había entristecido - ¿Por qué piensas en negativo, no ves lo loco que me traes?, quizás a quien le sonría sea a ti – aventure no tenia ni idea pero empezaba a pensar que difícilmente se la podría dedicar a otra persona y eso era mucho para asimilar hoy ya.

Sonreí tenuemente su defensa de mi me alivio un poco la carga, sonreí aun más al recordar esos muy agradables momentos cuando la conocí – yo tampoco lo he olvidado, esta grabado en mi mente – le confesé, aquel día parecía que padecía de verborrea sentimentaloide y ya empezaba a darme miedo.

Su declaración se coló en mi corazón y me lo robo aunque aun tardaría mucho en reconocerlo, - yo también te deseo – gemí embargado por intensas emociones y ya no aguante más acorte la distancia que me había impuesto poco antes, uní nuestros cuerpos en un abrazo ansiado, posee una mano en su cintura y otra en su nuca y atraje con ganas su rostro al mío. Necesitaba urgentemente beber de su boca, recuperar todo el tiempo que habíamos perdido desde el día del lago, tome sus labios como un amante exigente, la saboree, me deleite en ella y mientras mis manos no se quedaban atrás metí mi mano por debajo de la camiseta me urgía sentir su piel, mi otra mano acariciaba con reverencia su nuca, me deje llevar en ese momento mi mente solo había un objetivo saciarme de ella.

-No es hipotética Myles, para nada, al contrario yo en realidad lo haría sin dudarlo.- le dije sonriendo y respondiendo el guiño. -No eres tan ogro mi Rondeau.-

Solté una carcajada ante la frase en la cual me decía que lo traía loco. -¿Quizás? ¿Quizás?- le dije sonriendo y empujándole en broma en el pecho. -Deberías estar seguro Myles- le dije mirándole picaramente. -Me gustaba estar en tu cama, en tu casa, viéndote encima de mi, era nuevo y raro para mi, me asustaba pero me gustaron esos momentos.-Su siguiente frase me dejó paralizada mirándole mientras gemía y a mi me faltaba la respiración. Me pegué a su cuerpo con ansias rodeándole con las piernas por las caderas y pegándole más a mi. Lo besé con ansias, buscando el alma en su boca, con ganas, con ansias, entregándome en la misma medida.
Su mano subía debajo de mi camiseta ¿o bajaba? hacía ambas cosas y yo no sabía que me gustaba más. Por mi mente no pasaba mucho, no había miedo, excusas o dudas. Despacio y sin casi separarme lo miré a los ojos. -Más Myles, dame mucho más y toma todo de mí.- Mi cuerpo temblaba y yo no sabía que hacer.

Despacio me levanté y fui hasta la puerta para cerrarla, una vez hecho lo miré desde allí y comencé a desvestirme hasta que estuve completamente desnuda, una sola mirada le dediqué a mi cuerpo, a esas odiosas cicatrices que me torturaban, luego lo miré sin saber que hacer a continuación. No podía dejar más claras mis intenciones, quería demostrarle cuanto de verdad había en mis palabras y quería que Myles me hiciera el amor, que borrara todos mis miedos y que remplazara todos mis viejos recuerdos con su olor, su cuerpo, sus manos...
-Quiero entregarme a ti, completamente-

Oírla llamarme “mi Rondeau” me enterneció, esa fue la señal de alarma con la que mi mente me advertía de que me fuera de la habitación antes de que fuese demasiado tarde pero la ignore y seguí allí plantado. Me hice el ofendido ante sus golpeos en mi pecho, no me podía resistir a bromear con ella. Sus siguientes palabras trajeron a mi mente las escenas en mi casa, en mi cama, cerré por unos momentos los ojos disfrutando del recuerdo.

Lo que ocurrió después era inevitable sobre todo cuando dos personas sienten la pasión desbordándolas, el deseo consumiendo sus cuerpos. Sus reacciones a mis caricias me enervaban, cuantas veces había deseado tener sus piernas atrapándome en una bendita cárcel de placer, su entrega a mis besos me enloquecía. Mis manos vagaban por su piel, no quedo parte de su espalda que no recorriese, bordeaba la zona en la que terminaba y volvía a emprender el camino ascendente. La mano en la nuca alternaba caricias cariñosas a su pelo y caricias en círculos en el cuello. Abrí los ojos y la mire cuando hablo, una pesada nube de deseo nublaba mi vista –mmm tus deseos son ordenes para mi – murmure sobre sus labios, de los que salio una airada protesta cuando se alejo, me incorpore apoyándome con un brazo en la cama y aproveche para mirar a mi antojo la vista que me ofrecía de su hermoso cuerpo, de sus curvas, de su belleza. Esperaba que sus amigas supiesen captar la indirecta al ver la puerta cerrada, deseaba que nada estropeara ese momento, quería que Valentine se sintiera cómoda, quería regalarle un momento inolvidable.

Abrí los ojos sorprendido y excitado al ver la iniciativa de ella, me costo un mundo no levantarme y ayudarla a quitársela pero quería dejarla hacer, quería darle el control hasta que ella quisiese. La observaba embobado desde la cama, bebiendo con la mirada cada trocito de su cuerpo que quedaba a merced de mis ojos, solo fruncí levemente el ceño cuando se miro a si misma creía saber que pensaba de su cuerpo pero yo borraría esos malos pensamientos, adorándola como solo ella se merecía.

Note sus dudas sobre como seguir, eso junto con sus invitadoras palabras fueron el impulso necesario para levantarme de la cama y tomar el control, camine hasta la puerta y la tome en mis brazos con suavidad, mi cuerpo ardía en contacto con el suyo desnudo. Mis dedos juguetones y atrevidos se deslizaron por su cuerpo ahora con total libertad, apenas tocándola con las yemas, brazos, costado, espalda no escaparon a mi exploración pero solo fueron unos segundos pues me detuve para que prestase atención a mis palabras – soy un hombre con mucha suerte Valentine y tu una mujer con mucha paciencia, otra no hubiese aguantado todas las tonterías que he hecho y dicho – comente descansando mi frente apoyada en la suya. – Te recompensare generosamente por ello – afirme con picardía moviendo las cejas de arriba abajo.

Reclame de nuevo su boca con avidez, con suavidad la empuje hacia la pared y la aprisione entre ella y mi cuerpo, retire con ternura su cabello para dejar a mi merced su bonito cuello y como un explorador ansioso conquiste esa zona besándola con ganas, con dedicación, a ratos lentamente, a ratos con fervor – la realidad es mucho mejor que mis sueños, eres mi fantasía hecha realidad Valentine – murmure contra su cuello acariciándola con mi voz, deje de besarla para posar mis labios sobre su oído - ¿quieres desvestirme o lo hago yo? - susurre sensualmente.

"Tus deseos son órdenes para mi" Iba a recordar eso con frecuencia esa tarde, de eso no me quedaba duda. Había sonreído cuando hizo aquel sonido estrangulado al levantarme, sin embargo ahora ya no sonreía. me gustaba ver lo afectado que estaba ante mi cuerpo. Disfrutaba lentamente del placer de ver sus ojos brillar y nublarse de deseo.
-¿Podría otro hombre hacerme temblar así?- pregunté, aunque era una pregunta retórica. Sonreí como tonta cuando me tomó en sus brazos. -Pareces un novio...- el resto de las palabras se me atragantaron, no quería estropear el momento, -ya sabes a lo que me refiero- susurré finalmente para prestar atención a sus manos.
De pronto y sin poder remediarlo comencé a reír, -lo siento Myles pero me haces cosquillas- reí de nuevo hasta que sus palabras me hicieron mirarlo a los ojos y dejar de retorcerme.

-Myles, creo que ambos tenemos mucha suerte- fue lo único que dije y me ruboricé completamente por su siguiente comentario sin poderlo evitar. Por mi mente pasaban imágenes de como podría recompensarme, me mordí el labio sin saber que hacer con toda esa información. Iba a preguntar que debía hacer pero su beso consiguió hacerme olvidar todo.
¿Como puedes besar a un hombre entregándote completa y no entregarle tu alma? No puedes. Besé a Myles con todo lo que yo había sido, con todo lo que era y con todo lo que sería. Su cuerpo se sentía amoldándose al mío. Cada curva era llenada por puro músculo, sus besos en mi cuello me llevaron a un nivel tal de excitación que lo más que pude hacer y a base de instinto fue poner ambas manos en su trasero y empujarlo más fuerte contra mí.

Escuché las palabras, aunque poco puedo decir de ellas estando como estaba yo en un limbo de sensaciones. Su pregunta sin embargo me devolvió a la realidad. Lo miré completamente asombrada de haber llegado a ese punto con él. ¿En realidad lo vería desnudo? Primero me dí un poco de pena pero luego lo miré de arriba abajo. -Eres todo mío- susurré para comenzar a desnudarle, su suéter fue fácil de quitar, pero sabía que el notaba como temblaban mis manos cuando me tocaron los botones de su pantalón. Inspiré mientras me arrodillaba ante él para deslizarlo por sus piernas. Una vez que vi al hombre delante de mi con solo su ropa interior interioricé realmente que yo estaba desnuda, mucho más que él, -supongo que es necesario quitar tu... tu...- y señalé su ropa interior sin atreverme a mirarle a los ojos.

Sabía que era una pregunta retórica para afirmar sus sensaciones pero valió solo un segundo de imaginación vivida para que todo mi cuerpo se tensase al pensar en otro hombre tocándola – Que ninguno se atreva a intentarlo o se las vera conmigo, quiero ser yo el único hombre que te haga temblar – mi versión más posesiva salio a la luz irremediablemente. Alce una ceja ante la mención de la palabra prohibida pero sonreí después al notar el apuro de ella – te he entendido tranquila – le asegure para que se despreocupara. Lo mire entre divertido y maquinador por la cosquillas que al parecer le provocaba – no sabia que eras tan sensible a ellas, Muajaja has cometido un error me aprovechare de ese dato en otro momento – le asegure con mi risa más maquiavélica.

Nuevamente sus acciones me tomaron por sorpresa y me encontré jalado hacia su cuerpo, la excitación que su actitud y el roce de nuestro cuerpo provoco casi me hace arder en llamas y perder la poca cordura que me quedaba pero yo era el experimentado el que debía mantener todo bajo control y no le fallaría a la mujer especial que tenia entre mis brazos. Me tome la libertad de bajar las manos de la cintura a su trasero e imitar su gesto apretándolo contra mí.

Por un momento tuve miedo de haber estropeado el momento al ver el asombro que mi pregunta le causo pero por suerte aunque note que estaba un poco nerviosa siguió con el juego, de no haberlo hecho tampoco habría pasado nada, estaba a su entera disposición pero aquello era infinitamente mejor que desvestirme yo. Sonreí contento al oír su frase posesiva – todo tuyo- corrobore mirándola. La ayude a quitarme el jersey levantando los brazos y me pareció muy valiente al decidirse atacar mis pantalones, se puso en una postura muy sexy y que aunque ella no se lo propusiese subía mi temperatura corporal. Tuve que reprimir mis instintos para no hacerla levantarse bruscamente y besarla con ferocidad, cuando estuvieron bajados la ayude a quitármelos y al fin llegamos al quid de la cuestión. Al oír y notar su incomodidad la tome calidamente de los brazos y la hice incorporarse, acaricie un mechón de su pelo mirándola con ternura – no hace falta que me lo quite si te incomoda, entiendo que verme completamente desnudo puede darte miedo o incomodarte Valentine, haremos lo que tu quieras, podemos dejarlo puesto y solo jugar sin llegar a mayores. – le sonreí para darle confianza mientras acariciaba su mejilla con mi mano.

"quiero ser yo el único hombre que te haga temblar" lo miré y sonreí levantando una ceja y luego siguió el resto de nosotros haciéndonos arder en llamas. -No puedes aprovecharte de mis cosquillas o te perderás otras cosas ahora mismo.- Solté retorciéndome aun tratando de retarlo pero fracasé miserablemente cuando me tomó por las nalgas... no hubiera sabido que hacer ni aunque viniera en manual.

Donde una afirmación o una respuesta sexual hubieran hecho que me replegara por los recuerdos su control y su ternura me enviaron a un nivel aun superior de lo que estaba sintiendo. Respiré para calmarme varias veces y finalmente negué con la cabeza. -Estoy bien- susurré y toqué su mejilla con adoración. No creía que fuera a tener miedo después de ahí, a fin de cuentas mis miedos y mis malos recuerdos nunca pasaron de esa fase, lo siguiente sería todo nuevo para mi.

Besé a Myles en los labios, despacio, suavemente y sonreí mirándole a los ojos. Quería hacerlo perfecto para él también, quería que mi primera vez también fuera especial para él. Yo sabía que no era virgen pero quería ser única esa noche y para siempre en sus recuerdos.
Tomé los bordes de su ropa interior y con cuidado se la quité despacio hasta que terminé bajándola por sus piernas. Miré aquello que en el pasado había temido y ahora lo miraba con curiosidad. Una risa nerviosa se escapó de mi garganta. -Se mueve- levanté una ceja para mi misma y con el poco valor que me quedaba le acaricié suavemente hasta hacer que reaccionara. Después de un rato levanté la mirada.

-¿Siempre sigue creciendo o parará en algún momento?-

^{Fdr: Maldita Freak..... este post no ha tenido nada de mi influencia lo juro.}

Su estoy bien no me dejo muy tranquilo podía ser que estuviese haciéndose la fuerte pero me rendí a creerla desarmado por su tierna caricia en la mejilla, cubrí su mano en mi mejilla con mi propia mano y gire la cara lo justo para que la palma quedase descubierta y darle un tierno beso allí.

Respondí a su beso en igual medida, suave, pausado y no supe porque aquel fue diferente a todos los anteriores, más profundo, más emotivo, sentimiento prevaleciendo a deseo, en ese momento me olvide de todo y me propuse disfrutar de aquello con toda mi alma, las consecuencias las pagaría luego.

Contuve el aire al notar que agarraba mi boxer, era una escena cargada de erotismo necesitaría de todo mi control para darle el trato de diosa que se merecía y que el salvaje no saliese de mi interior. Respire varias veces calmándome mientras con una lentitud que me volvía loco me quitaba la ropa interior. Controlados mis instintos me permití mirarla para evaluar que impacto había tenido mi desnudo integral para ella, solté una gran y sonora carcajada, esperaba que las gruesas paredes entre piso y piso evitasen que llegara a los habitantes de la planta baja – si, eso pasa cuando palpita por la excitación – no me podía creer que estuviésemos hablando de aquello, definitivamente esa mujer era una caja de sorpresa única en su especie.

Lo siguiente me pillo totalmente desprevenido, me dejo pasmado, gemí audiblemente esa mujer era increíble pese a su inexperiencia y sus nervios estaba dando con toda la naturalidad con todos mis puntos débiles, si seguía así iba a acabar conmigo. Estaba en el paraíso pero no sabia cuanto tiempo aguantaría sus intensas atenciones no era de acero. – Valentine, oh por Merlín – un susurro ronco escapo de mi garganta.

Me costo salir de la neblina de sensaciones que su mano en mi parte más intima me provocaba pero me esforcé por atender a sus preguntas, era normal que tuviese curiosidad y quería satisfacerla en todos los sentidos tanto mental como físico. – Crece hasta un tope y después no se relaja hasta que se alivia – no estaba muy seguro de querer contarle más, no quería asustarla ni darle ideas. - ¿Te gusta, te da miedo, te incomoda, quieres que me vuelva a vestir? – pregunte entrecortadamente mirándola a los ojos.

fdr: XDDDDDDD

Excitación... era una palabra casi nueva para mi, -¿eso es lo que siento? digo cuando me siento caliente, suave, cuando mi cuerpo tiembla como ahora, ¿es excitación?- pregunté aun con mi mano acariciándole.
Mi nombre en sus labios me hizo mirarlo bajo una nueva luz, yo le quería pero era algo más poderoso aun, y en lugar de darme miedo me dio mucho valor. Valor para poder mirarle y sonreirle.
Su respuesta me sorprendió. -Oh... y podrás... ya sabes... ¿entrar en mi?-
Me puse de pie para responder sus preguntas, aunque sinceramente no sabía como contestar a lo siguiente que me dijo. -No sé aun si me gusta Myles, no me das miedo ni me hace sentir incómoda y definitivamente no quiero que te vuelvas a vestir.-
Terminando de decir eso tomé su mano en la mía y tiré de él hacia la cama despacio.

Una vez recostada me entraron las primeras dudas, no tenía ninguna idea de como empezar. -¿Tengo que bailarte o algo? Claude me enseñó una vez pero no creo que sepa...- no terminé la frase pues hice caso a mis instintos y comencé a besarlo con pasión, con muchas ganas, con una intensidad que no sabía que tenía dentro de mí escondida para él. Pasé mis manos por su espalda, su cuello, sus hombros. Besé la curva de su barbilla con cuidado y luego con salvajismo mordí la piel de su cuello. Aquel hombre estaba en mi cama, me deseaba a mi, aquel dios mitológico me reverenciaba. Con deseo definitivamente yo le estaba adorando, mientras mis manos empujaban sus caderas y entre tanta tormenta de deseo le miré a los ojos.

-Tómame.-

Su siguiente pregunta no debió sorprenderme pues era del mismo estilo que las anteriores pero con mis capacidades mermadas por las constantes caricias tenia los pensamientos coherentes justitos y me volvió a dejar asombrado su naturalidad y valentía. – Si, es eso, es la preparación para que después no te haga daño – le respondí con voz ronca. La mire intrigado cuando empezó a vacilar para formular la siguiente, daba gracias de no estar bebiendo nada si no me hubiese empapizado, - aaam si, si tu cuerpo esta suficientemente excitado y sobre todo si ahí abajo – dije señalando su valle – estas lo bastante húmeda para entrar en ti – si me pinchan en ese momento no sangro, nunca me había visto en una situación igual, pero justamente eso me atraía de ella era diferente a todo lo que conocía.

Sonreí divertido porque por mi cautela yo parecía el novato y ella la experimentada pues fue ella la que me llevo hasta la cama. Me recosté a su lado, la mire curioso esperando que terminase la simpática pregunta pero esto nunca ocurrió pues su beso me hizo olvidarme de todo. La atraje hacia mi cuerpo para al fin sentir piel contra piel, el contacto era sublime y me entregue al beso volcando en él toda mi pasión contenida hasta ahora, mis barreras se habían roto ahora yo tomaría el control.

Enrede mis manos en su cabello, acariciándolo, disfrutando de su tacto aterciopelado, después baje a los hombros los acaricie en pequeños círculos, el beso en la barbilla me gusto, le sonreí y gemí extasiado por su mordisco, me tome la revancha mordiendo su hombro y besando su cuello. El desenfreno se había apoderado de nosotros, nos devorábamos, la tome de nuevo por el trasero para apegarla aun más a mi y levante la vista al oír su pedido, sonreí con malicia – aun no cariño, todavía tengo que hacerte disfrutar un poco más, quiero asegurarme de que tu primera vez sea inolvidable y que sientas hasta la ultima fibra de tu ser excitada – sentencie con la voz tomada por la pasión y el deseo. Subí hasta su oído y mordisquee el lóbulo – quiero escucharte gritar de placer y no parare hasta conseguirlo – susurre con voz sensual en su oído.

- Si hago algo que no te guste solo dímelo y parare de inmediato – con esa premisa tome el control. Suavemente la hice quedar boca arriba y me coloque encima de ella, tuve cuidado de no dejar todo mi peso sobre ella apoyándome en un brazo para no aplastarla y comencé mi tortura. Primero aparte los mechones de su cuello y lo devore a besos por ambos lados, saciado de él fui dejando un rastro de pequeños besos en su piel hasta llegar a sus dos preciosas montañas, con la mano libre tome sus brazos y los alce por encima de su cabeza de forma que aquellas preciosidades se irguieron para darme la bienvenida y yo como invitado agradecido me deshice en atenciones, las bese, las chupe, las mordí hasta quedar conforme. Solté sus brazos para acariciar su vientre y repartir otro reguero de besos por su torso hasta que llegue al vello entre sus piernas y me detuve, volví a subir y la mire – dime donde quieres que te toque Valentine, dime donde me necesitas – la urgí clavando mis ojos en los suyos, - ¿aquí? – pregunte moviendo maliciosamente mi cadera contra la suya haciendo que nuestros cuerpos se rozasen y la temperatura subiese ya a cotas insoportables.

Su respuesta me calmó la curiosidad, así que eso era estar excitada. -Oh, entiendo- gemí suavemente ante el tono ronco de su voz. "Si, si tu cuerpo esta suficientemente excitado y sobre todo si ahí abajo estas lo bastante húmeda para entrar en ti", asentí y le sonreí entonces con cara de felicidad. -Oh, pero si está muy mojado- acababa de decir las palabras cuando me paralicé... -Eso no se dice ¿verdad?- La duda nuevamente hacía mella en mí.
Sin embargo nada de dudas en una tarde como hoy, su mordida y su respuesta a mi beso me hicieron olvidarme de todo lo que me rodeaba. -No creo que vaya a olvidar esto mientras viva, puedes estar seguro.- Con mi mano acaricié su espalda, demorándome en sus caderas, buscando luego su ombligo para rodearlo suavemente pero de repente dejé de hacerlo. Sus palabras me dejaron muda, temblando, mi cuerpo entero erizándose ante su contacto. -Por Morgana Myles, me vuelves loca.-

Lo siguiente difícilmente podría escucharlo, estaba completamente inmersa en disfrutar de cada cosa que me hacía. Luego fueron gemidos, suspiros y cualquier cosa que no necesitara más de una neurona. Cuando su boca tocó por primera vez mis senos me alcé en la cama buscando su lengua, persiguiendo cada sensación.
Myles comenzó a bajar por mi vientre y a esa altura mi cuerpo entero temblaba, mis manos en su cabello intentando suavemente hacerlo subir de nuevo a mis senos, el placer era demasiado grande para soportarlo, ¿moriría alguien de placer? deberían haber estadísticas sobre eso.

"Dime donde quieres que te toque Valentine, dime donde me necesitas" -Donde quier..- No pude seguir la frase pues su roce justamente en el lugar donde necesitaba me hicieron gritar por primera vez en la tarde. -MAS,... más ahí Myles por Merlín, haré lo que sea, donde sea tócame de nuevo- le dije finalmente mientras lo besaba y deslizaba mis manos hasta tocar su parte más intima deslizándo mis dedos por su longitud. Se me ocurrió algo de lo que una vez hablé con Thera. -¿Quieres que te bese allí?- pregunté pegándome más a él, buscando más su contacto. -Lo que desees pero tócame de nuevo, por favor.-

Admirar las distintas reacciones en el rostro de Valentine era un regalo, le devolví la sonrisa igual de feliz. Abrí los ojos sorprendido ante el soplo de frescura que era su desinhibición para hablar de temas para otros tabú – me encantas Valentine, eres la naturalidad personificada, no cambies nunca - le pedí sonriéndole tiernamente y la bese.

Sonreí complacido al oír su comentario sobre el recuerdo de ese día, sus caricias en mi cuerpo me erizaban la piel, - y tu a mi – acote distraído por el placer de nuestros cuerpos tocándose. Sus gemidos me llevaban al limite de mi control, verla tan entregada a mis atenciones era una tortura deliciosa. Su grito fue la mejor recompensa que podía tener, si fuera un adolescente primerizo y hormonado en ese justo momento me habría vuelto loco y la habría tomado pero me limite a apretar fuertemente los dientes.

Poco tiempo me duro pues su ataque sorpresivo me dejo casi noqueado, gemí, resople, gruñí, esa mujer iba a acabar conmigo, su pregunta llego lejana entre el mar de sensaciones que me envolvía, me costo esfuerzo centrarme para darle una respuesta coherente – me en…can…ta..ria pe..ro me…jor otro día – respire hondo en un intento por no hablar entrecortadamente era vital que lo entendiese y que no pensase que la rechazaba.
– Hemos avanzado demasiado Valentine, ya no hay tiempo para más juegos, me encantaría pero si me besas ahí la fiesta terminara antes de empezar – le explique lo más sencilla y pacientemente que pude – o paramos o seguimos hasta el final, ¿estas segura de querer seguir?, quizás con esto ya has saciado tu curiosidad por ahora – la mire dudoso, estaba deseando tomarla pero me ha había propuesto firmemente no presionarla, iríamos al ritmo que necesitase aunque eso no me libraría de una ducha muy muy fría cuando llegase a casa. Por si decidía parar aproveche esos instantes que podían ser los últimos para acariciar su cuerpo con mis manos.

"Mejor otro dia" Quizas Myles pensaba que yo no lo sabia hacer y era cierto pero yo podria esmearme hasta que le gustara. Su siguiente comentario me hizo entender.
Su pregunta me tomo por sorpresa, esperaba que fuera tierno pero quizas no sabia cuan tierno podia llegar a ser ni cuan paciente. Me gustaba que lo fuera pero ya me ponia de los nervios, no sabia excatamente que deseaba mi cuerpo, comenzaba a sentir un dolor raro, una sensacion de pesadez en mis extremidades, necesitaba que Myles me mostrara el camino y me llevara hasta el final

-Tomame Myles- respondi con voz ronca ante sus ultimas caricias. Subi descaradamente mis manos por sus costados y acaricie su espalda, sus nalgas, y lo tome para acercarlo a mi.

-Quiero que seas tu y quiero que sea ahora-

Entonces lo bese. Intentando demostrar cuanto lo deseaba, pegando mi cuerpo al de el. Me encantaba su olor, esa mezcla de almizcle y hombre. Me sentia bien con el pero yo reconocia que era mucho mas que eso. Comenzaba a sentir una necesidad por estar a su lado, por acaparar su tiempo a mi lado. Me encantaba conversar con el, besarlo. En esos momentos queria descubrir a la mujer que tanto tiempo llevaba dormida dentro de mi. Era como una funcion basica que yo quisiera satisfacer a base de lujos.
Sentia que el era mucho mas.

Mientras esperaba me deleitaba acariciando su cuerpo y dando pequeños besos por aquí y por allá, alce la cabeza y le dedique mi sonrisa más deslumbrante al oír que aceptaba seguir. – Será un placer – respondí escuetamente mientras le daba un beso corto en los labios.

Su agarre me tomo por sorpresa un grito gutural, ronco, primitivo salio de lo más profundo de mi garganta, mi reacción natural debería haber sido entrar en ella sin más dilación ante esa provocación a mi cuerpo ya enardecido, a punto estuve recupere la cordura segundos antes de caer en el desenfreno, resople ante sus palabras que me llegaban lejanas, - ¡mujer!, me vuelves loco, casi se me olvida la protección – comente sin ningún tapujo a estas alturas mi mente ya no era capaz de hablar con sutileza.

Respondí a su beso con voracidad y gustoso me pegue más ella, en cuanto nuestros labios se separaron me incline hacia un lado intentando no hacerle daño con mi peso, una mano en el colchón y otra estirada para llegar al bolsillo de mi pantalón. Agarre lo que tenia allí guardado y me coloque para que me resultase más fácil – debo ponerme esto antes para no llevarnos una sorpresa después – le explique mientras lo abría y lo sacaba. Me asegure de que estuviese en buen estado y lo puse tratándolo con cuidado de no dañarlo – ahora si cumpliré tus deseos – dije con voz ronca sonriéndole, con cuidado y buscando siempre su aprobación con la mirada me hice un hueco en su cuerpo y me recosté sobre ella, entrelace sus manos con las mías y la bese lentamente.

Aproveche la distracción del beso para entrar en ella poco a poco aunque la lentitud de mis acciones estuviese acabando conmigo mi prioridad era no hacerle daño y que el placer del beso apartase el posible dolor que estaría sintiendo.
Después de un tiempo prudencial deje de besarla y observe su rostro en busca de señales - ¿estas bien cariño? – pregunte con ternura, no me movería hasta que se hubiese acostumbrado a la invasión.

Su beso me deslumbro, me enardecio, me hizo suspirar de deseo en el justo momento en el que el se apartaba luego de de hacer ese sonido primitivo que me hizo mirarlo bajo una nueva luz. El no era simplemente Myles, era un hombre ademas. Yo estaba desnuda con un hombre, entregandome, lista para que el me tomara, tomara mi cuerpo y mi alma.
Por algunos momentos me mantuve mirandolo asustada y ausente. Sus palabras sobre la proteccion rebotaban lejanas en mi mente, no sabia exactamente a que se referia y yo estaba inmersa en un mundo sensual.

Su respuesta gustosa y ansiosa a mis besos me hiceron salir del transe de miedo en el que estaba, si habia un hombre conmigo en aquella cama, si estaba desnudo listo para tomar todo de mi, pero era el hombre indicado, era El.
Su nueva posicion a medio lado en el colchon me hicieron mirarlo curiosa. -Una sorpresa?- No entendia lo que decia Myles, pero no lo hubiera entendido, estaba en medio de una neblina de sensaciones que me dejaban pocas neuronas para el proceso de conversacion. Lo mire cuando se coloco aquella especie de globo pensando que era algo que los hombres necesitaban hacer. -Eso es para que tu tambien puedas estar mojado para entrar en mi?- pregunte pero todo fue opacado por su afirmacion sobre mis deseos.
Olvide toda pregunta y toda cuestion ajena y me concentre en el momento, mirandole directamente a los ojos.

Sentia mis manos presas de las suyas, pero a la vez me confortaba el gesto, como si quisiera protegerme de el mismo. Aunque me estaba besando senti la presion en nuestro punto de union. Mi primer impulso fue el de alejarme, no era doloroso pero no podia clasificar lo que sentia. Abri mis ojos lentamente y mire a Myles, el estaba haciendo un esfuerzo y su cara demostraba concentracion. -Te duele a ti tambien?- pregunte un momento antes de sentir que algo se rompia, se abria y me dejaba expuesta como un capullo que ha comenzado a abrir sus petalos al mundo y al sol. Fue extenuante y doloroso, doloroso como pocas cosas que habia sentido pero fugaz.
Instantes despues Myles comenzaba a llenarme, me sentia complementada como nunca antes. Sus besos seguian y seguian distrayendome de todo lo demas.

Cualquier cosa hubiera aceptado sin mas sorpresas que su ternura. Asenti gentilmente pero lo mire incomoda sin saber que decir y al final lo solte despacio y bajito. -Pero me gustan mas los juegos, digo no es que esto haya estado mal, pero creo que han hecho un globo de algo que no lo es... y ahora que terminamos que hacemos?- pregunte curiosa pensando que eso era todo. En mi mente estaba de alguna manera que la finalidad era que el hombre pudiera entrar y ya, no habia nada mas.
Me sentia rara por dentro y contraje mis musculos intentando adaptarme y esperando la respuesta de Myles.

Asentí distraídamente a su pregunta pues en ese momento tenia mi atención en un asunto más importante asegurarnos placer sin consecuencias. Su siguiente pregunta si llamo mi atención y me hizo recordar sus preguntas graciosas, me reí levemente sin poderlo evitar - esto es para que no quedes embarazada – la respuesta había sido un poco brutal debía haberla suavizado un poco pero estábamos llegando a un punto en el que pensar antes de hablar era casi misión imposible.

Estaba atento a notar si el agarre en las manos le molestaba si fuese así las soltaría pero parecía que estaba conforme con él, note su reticencia inicial espere unos segundos si seguía haciendo resistencia me retiraría pero nuevamente ella me distrajo con sus preguntas, sonreí con esfuerzo – algo parecido – dije sin darle más vueltas no me veía capaz de explicarse lo mejor en esos momentos.

Su cara demostró dolor, se puso muy tensa cuando por fin la hice mía completamente, un sentimiento de protección muy grande me invadió y para mi se convirtió en una necesidad aliviar su sufrimiento así que le mostré mi apoyo agarrando más fuerte sus manos y dándole pequeños besos por la cara – pronto pasara el dolor, cariño – susurre sobre sus labios, dándole un tierno beso.

La primera parte del comentario me hundió en la mísera, descubrí de la forma más cruda que Valentine era tan sincera para lo bueno como para lo malo, por eso al oír el resto de su opinión una sonrisa de alivio extremo se formo en mi rostro, no la había decepcionado, simplemente estaba confundida.

- Esto solo es el principio Valentine, no dirás eso dentro de unos minutos eso como me llamo Myles Rondeau. Espera hasta el final y luego ya me dices si te siguen gustando más los juegos – mi voz teñida de orgullo masculino y con la determinación de hacerla sentir la pasión desmedida de aquel acto.
Como un perro juguetón y hambriento firme mis palabras con un beso sugerente que lo tomaba todo y no se reservaba nada. Pero nuevamente ella me tomaba la delantera dejándome sin aliento con su reacción, gemí extasiado y mordisquee como un salvaje su cuello y su hombro, mientras mi amigo había tomado el mando y actuaba por cuenta propia saliendo despacio y volviendo a entrar, así varias veces en una lenta y tortuosa melodía de fricción y calor.

"esto es para que no quedes embarazada" Esa frase tan smple me asusto, mas que tranqulizarme casi me hace entrar en panico. Yo sabia que asi se hacian los bebes, pero no estaba lista para pensar que hubiera esa posibilidad. El resto de las sensaciones sin embargo se encargaron de hacerme olvidar esa realidad y a hundirme de nuevo en el plano puramente fisico del placer que me estaba provocando.

No entendia porque Myles me llamaba asi, algo tan tierno, me dolia aun, sentia raro dentro de mi, pero me gustaba lo que hacia, me gustaba que me tratara tan dulcemente, que sus besos fueran tambien besos de ternura ademas de besos de deseos. No debia eso disparar una alarma hacia lo que estaba sintiendo por Myles?? No, hacia tiempo que habia aceptado la manera en que tenia de ver a Myles, no me la explicaba pero la aceptaba.
-Oh, todavia no has terminado- fue mi comentario que no necesitaba respuesta y me rei de mi misma. Su forma de advertirme de que habia mucho mas despues de eso me hizo darme cuenta de que estaba orgulloso y quise tomarle el pelo, - Te estas pavoneando Myles?- pregunte sonriendo.

Su respuesta fue un beso que me dejo perpleja, creo que nunca me habia besado asi, con esa hambre, quizas fue algo que escondio para no asustarme antes pero a mi me quedo claro que no tenia necesidad de pavonearse. Respondi a su salvaje mordida con mis manos en su espalda dejando un reguero de pequenas marcas en cada empuje que sentia.

El placer fue desbordante, gemi, grite su nombre una y otra vez sin importar que alguien pudiera escucharme y finalmente encontre la forma de seguirlo anudando mis piernas detras de sus caderas, empujandome una y otra vez con su cuerpo. Llegado el momento sentia algo que no podia identificar, era una sensacion de que algo me faltaba, de que subia pero no lo suficiente.
-Myles?- pregunte extasiada aun sin saber que sentia. -Que me pasa?- logre preguntar entre un jadeo y otro.

Conteste a su pregunta picajosa con una sonrisa a medias maquiavélica y a medias sensual, en plan te vas a enterar. Sus manos clavándose en mi espalda me hicieron gemir levemente provocándome un placer masoquista.

Mi ego se vio recompensado por sus gemidos y sus gritos, mi nombre sonaba celestial en su voz roca y sensual, yo también me uní al coro de gemidos y grite su nombre tantas veces como ella olvidándome que estábamos en la casa y que todos incluida su familia podía oírnos. Un placer indescriptible me asedio cuando note como se anclaba a mi cadera y se unía al ritmo que yo mismo había impuesto y con el que ahora ella me mortificaba. – Valentine…oh Valentine…eres una diosa – dije entrecortadamente entre jadeos, justo antes de una nueva pregunta que me hizo sonreír tiernamente. – Que estas tan excitada que necesitas ya llegar al climax, al placer máximo, tu cuerpo lo ansia y yo soy tu devoto esclavo y le daré todo lo que me pida – susurre con dificultad mirándola con los ojos oscuros de pasión, el rostro demostrando el esfuerzo y el cuerpo moviéndose a un ritmo acompasado.

Aumente el ritmo a uno más frenético aun, donde las embestidas eran unas detrás de otras sin descanso, ambos cuerpos sudorosos uniéndose como uno solo. Poco después empecé a notar señales que me hacían sospechar que mi fin no estaba muy lejos y no podía permitir que eso ocurriese antes del de Valentine, por lo que siguiendo con el mismo ritmo, hice un hueco entre ambos cuerpos y metí una mano entre ellos, busque entre su sedoso valle y encontré el punto clave de deseo de toda mujer, lo tome acariciándolo primero en círculos para que se acostumbrase a la intrusión, después le di pequeños tirones y finalmente lo frote primero con suavidad y después con ansias, mire fijamente a Valentine para observar sus reacciones y saber como seguir.